Lent will begin this week. It begins with a very strong call to Prayer, Fasting and Almsgiving: Prayer is absolutely necessary for a Christian, Fasting intensifies our prayer and Almsgiving shares our love for the poor. Followers of Jesus are called to a profound change in our way of life. We are called to hear the Gospel…again and again, so it can soak in and cause the Conversion of Heart that Christ wants. In Baptism “you should put away the old self of your former way of life {deceitful desires} and put on the new self, created God’s way of righteousness and holiness of truth.” (Eph. 4:22-23) You died with Christ and were raised with him from the water as a “new creation”. (2 Cor. 5:17)
The First part of Lent calls us to a deeper Conversion of Heart. The Gospels come mainly from Matthew, Mark and Luke. They along with the prophets call us to a continued conversion: a change of heart, to allow God “to change our hardness of heart to a heart of flesh” (Ezk. 36:26); to love of enemies: remember Pharisees only love friends but “Christ died for all” (2 Cor. 5:15) and “Love one another as I have loved you”, “to the end” (Jn. 13”1) and by being “lifted up” on the Cross (Jn. 12:32); to reconciliation and to mutual forgiveness; “forgive one another as I have forgiven you” (Eph. 4:32); to absolute claims of justice and love over ritual and cult; and to the call to holiness. We are called to be as morally different from the culture we live in as light is different from darkness. Gospel love and truth reign over being politically correct!
The Second part of Lent, through the Gospel of John, calls us to a deeper faith in Jesus Christ as Son of God, as the Redeemer and Savior of the world, which calls us to realize our own weakness and need for redemption. How many of us truly pray more during Lent? How many of us truly fast to curb our own narcissistic tendencies; especially with “all you can eat” fish fries on Fridays of Lent! How many of truly eat less or buy less and give the savings to the poor who need food and cash to pay basic bills? St. John calls us to truly believe that Jesus truly is God, and as such, has come to be the healer and life-giver to those who believe. Through his death he gathers all of humanity into a new human family. To the believer he offers the greatest of gifts, that which fulfills our deepest desires, “Eternal Life”! (Jn. 10:10; 1 Jn. 2:25)
In a sense the First part of Lent attempts to deflate our inflated egos: we are challenged to look at any self-deceit in regard to the true quality of our life; the command to love, the command to forgive and be reconciled, the requirements at the Judgement for entrance into the Kingdom of God—practical and real help for the poor and those on the periphery. (Mt. 25:31-46)
Lent is a special Season of the Church. It is a holy time for and internal change and not just external actions. Make this Jubilee Year of Mercy a special time. Open your minds and hearts to change. Yes, change can be difficult, but if it is accepted as a challenge to be “more Christ-like, it can only be Grace filled! Through this time of Mercy, let the Holy Spirit form you into what God created you to be…his very own “image and likeness”. (Gen 1:27)
“Be merciful as the Father is merciful” (Luke 6:36)
El Camino Cuaresmal – El Camino menos transitado
La Cuaresma comenzará esta semana. Comienza con una llamada fuerte a la oración, al ayuno y la limosa: la oración es absolutamente necesaria para el cristiano, el ayuno intensifica nuestra oración y la limosna es para compartir nuestro amor con los pobres. Los seguidores de Jesús estamos llamados a un profundo cambio en nuestra forma de vivir. Estamos llamados a escuchar el Evangelio… una y otra vez, para que absorbamos interiormente y se provoque la conversión del corazón que Cristo quiere. En el bautismo “despójense de la conducta pasada, del hombre viejo que se corrompe con sus malos deseos; y revístanse en su espíritu y en su mente; y revístanse del hombre nuevo, creado a imagen de Dios con justicia y santidad auténticas.” (Ef. 4:22-23) Hemos muerto con Cristo y hemos resucitado con El a través del agua como una “nueva creatura”. (2 Cor. 5:17)
La primera parte de la cuaresma nos llama a una profunda conversión del corazón. Los evangelios principalmente el de Mateo, Marcos y Lucas junto con los profetas nos llaman a una continua conversión: a un cambio del corazón, y que dejemos a Dios “cambiar la dureza de nuestros corazones por un Corazón de carne” (Ezk. 36:26); para amar a nuestros enemigos: recordemos que los fariseos solo amaban a sus amigos, pero “Cristo murió por todos” (2 Cor. 5:15) and “Ámense los unos a los otros como yo los he amado”, “hasta dar la vida” (Jn. 13:34) y habiendo sido “levantado en lo alto” en la Cruz (Jn. 12:32); para la reconciliación y el perdón; “perdónense unos a otros como yo los he perdonado (Eph. 4:32); es un absoluto llamado que clama justicia y caridad más que rituales y culto; es un llamado a la santidad. Estamos llamados a vivir moralmente diferente en la cultura que nos tocó vivir, así como la luz es diferente a la oscuridad. El evangelio del amor y la verdad reina sobre el pretender ser políticamente correcto!
La segunda parte de la cuaresma, en el evangelio de san Juan, nos llama a profesar una fe más profunda en Jesucristo como el Hijo de Dios, como nuestro Redentor y Salvador del mundo, que nos llama a darnos cuenta de nuestra debilidad y la necesidad que tenemos de redención. Cuantos de nosotros de verdad oramos más durante la cuaresma? Cuantos de nosotros en verdad ayunamos para evitar nuestras tendencias narcisistas; especialmente con el “todo lo que puedas comer” pescado frito en los Viernes de Cuaresma! Cuantos de nosotros verdaderamente comemos menos o compramos menos para darle lo que ahorramos a los pobres quienes necesitan comida o efectivo para pagar sus recibos básicos? San Juan nos llama a creer verdaderamente que Jesús es verdadero Dios, y como tal, ha venido a sanar y a dar su vida por aquellos que creen. A través de su muerte el congrega a toda la humanidad como una familia nueva. A quienes creen Él les ofrece los más grandes dones, dones que llenan nuestros más profundos deseos, “Vida Eterna”! (Jn. 10:10; 1 Jn. 2:25)
De alguna manera la primera parte de cuaresma trata de acabar con la arrogancia del egoísmo: se nos desafía a examinar nuestros autoengaños en lo que se refiere a una verdadera calidad de vida; el mandamiento del amor; el mandamiento del perdón y la reconciliación; y lo que se requiere en el Juicio Final para entrar en el Reino de Dios – que es una ayuda práctica y real a los pobres y los marginados. (Mt. 25:31-46)
La cuaresma en un tiempo especial en la Iglesia. Es un tiempo sagrado para un cambio interior, no solo para acciones externas. Hagamos de este Año Jubilar de la Misericordia un tiempo especial. Abramos nuestras mentes y corazones al cambio. Si, el cambio puede ser difícil, pero si es aceptado como un reto a estar “llenos de gracia como-Cristo! A través de este tiempo de Misericordia, dejemos que el Espíritu Santo nos forme en lo que Dios nos creo… ser su “imagen y semejanza”. (Gen 1:27)
“Sean Misericordiosos como el Padre es Misericordioso” (Lucas 6:36)