Editor’s Note: This is the first story in a series of stories on V Encuentro.
Amarillo—It’s taking place for the first time since 2000 and the fifth time since 1972.
“It” is V Encuentro, or the Fifth Encounter.
According to Father Hector J. Madrigal, pastor of St. Joseph’s Church, Amarillo, previous Encuentros took place in 1972, 1977, 1985 and 2000.
“The first three Encuentros had a particular methodology that we used which reflected our Hispanic spirituality,” he said. “We call it our Mística Latina or Mística Hispana, which very much begins at the base level and works its way up.
“We began working on a plan in 2000 and realized we were in a different place as church and decided to make the focus the multicultural reality of the Church. We began to prepare to celebrate the unity among the diversity of cultures in the Church. That became the basis for Encuentro 2000. Immediately following that, and why it took so long to have another national encounter, the bishops began to realize because of the demographic shift of populations we began to see the numbers of Hispanic Latinos growing. The bishops said that we needed to serve the entire Church, and not work in isolation. We could not prepare ourselves to work with just our own.”
Father Madrigal said its has taken from the year 2000 until now to figure out how that should be defined.
“In 2013, we began to say it was time to engage the entire Church—to have this Encounter with Hispanic ministry in a new way,” he said. “It’s about encountering one another, the Church, in an official way, seeking and encountering those people who are on the peripheries as Pope Frances challenges us to reach out to them.
“This Encuentro is reflecting on that experience of church. A part of its goal is to look at ourselves as church and how we are engaging the Hispanics in our country. It’s also to invite the Hispanic Latinos to become missionary disciples in the spirit of the new evangelization. It is not just the Church evangelizing the Latinos, but the Latinos also responding to the call to evangelize within the Church.”
As president of the National Catholic Association of Diocesan Directors of Hispanic Ministry in 2013, Father Madrigal was asked to form part of the national core team of the Encuentro.
“Four of us were invited by the National Director of the NCCB to begin to dream and look at how we could carry out the V Encounter for Hispanic Ministry,” said Father Madrigal. “Out of the core team, we began to establish a national leadership team; then the national team established 14 regional episcopal teams. Each episcopal team was responsible for establishing diocesan teams in their regions; then each diocesan team established parish teams.
“In the Diocese of Amarillo, we have had six trainings. Now, with all the teams prepared, we begin the official consultation process, beginning during Lent with five parish sessions. The most beautiful thing about these parish sessions is that they reflect on our history, on Scriptures, God’s call to evangelize and they involve prayer, singing and then a commissioning to send out the participants to actually evangelize, knock on doors, to reach out to those on the periphery who are not coming to church. There is a really strong emphasis this time, not just to talk about the new evangelization, but to answer the call of missionary discipleship, to do it by practicing discipleship.”
A majority of parishes in the Diocese of Amarillo are participating in Quinto Encuentro, according to Father Madrigal.
“On a diocesan level, I am really excited, especially by the participation of our parishes,” he said. “The priests are supportive of our efforts. We recently met with Bishop (Patrick J.) Zurek and reported to him. He listened to us. He wants to know when the parishes will have their Parish Encuentro. This will happen at the end of the five sessions when we will have a gathering of all the small groups to reflect with the pastors on our findings and our experiences. Bishop Zurek said he wants to attend some of the meetings and support the parishes and the wonderful work they are doing.
“Our most recent training on March 4 was at St. Joseph’s and focused on the guide which had been prepared for the five parish sessions. We went through the guide with the participants and really focused on facilitating the small groups.
“The second part to the guide is the journal. We talked about how to use the journal, especially during home visits, so participants can take notes on their experiences and what they learned from the people they visited. The notes from the personal journals will be uploaded on an app for the V Encuentro where we will gather all the data given back to the parishes, diocese and region. We will be able to look at the feedback and formulate parish, diocesan and regional plans for Hispanic Latino Ministry in the Church in general.
“We are not doing this in an exclusive way. We will use the experiences of the Latinos, to engage the entire church in the call to missionary discipleship.”
Para Entender el Quinto Encuentro
Nota Editorial: Este artículo es el primero en una serie de relatos sobre el Quinto Encuentro.
Amarillo—Es la primera vez desde el año 2000 y la quinta vez desde 1972. Es el Quinto Encuentro.
El Padre Héctor J. Madrigal, pastor de la Iglesia San José en Amarillo, dijo que hubo Encuentros previos en 1972, 1977, 1985 y 2000.
“En los primeros tres Encuentros usamos una metodología que reflejaba nuestra espiritualidad hispana”, dijo él. “Le decimos Mística Latina o Mística Hispana; empieza a nivel básico y desde allí avanza”.
“Iniciamos los planes en el 2000 y vimos que como iglesia, ya estábamos en diferente lugar, decidimos pues que el enfoque fuera la realidad multicultural de la Iglesia. Nos empezamos a preparar para celebrar la unidad en la diversidad de culturas en la Iglesia. Esa fue la base para el Encuentro 2000. Inmediatamente después, y la razón por la cual pasó tanto tiempo para tener otro encuentro nacional, fue que los obispos empezaron a notar que con los cambios demográficos de las poblaciones, iban aumentando los números de latinos hispanos. Los obispos dijeron que debíamos servir a toda la Iglesia y no laborar aislados. No debíamos preparar nuestra labor únicamente para los nuestros.
El Padre Madrigal dijo que se ha necesitado el tiempo desde el año 2000 hasta ahora para entender cómo se debe definir eso.
“Desde 2013 hemos dicho que ya es tiempo de involucrar a toda la Iglesia—de tener con este Encuentro un nuevo modo de realizar el ministerio hispano”, dijo él. “Se trata de encontrarnos unos a otros, a la Iglesia, de modo oficial tratando de encontrar a la gente que está al margen tal como nos desafía a alcanzarlos el Papa Francisco.
“Este Encuentro refleja esa experiencia de iglesia. Parte de su meta es vernos como iglesia y ver cómo involucramos a los hispanos en este país. También se trata de invitar a los latinos hispanos a hacerse discípulos misioneros en el espíritu de la nueva evangelización. No se trata sólo de que la Iglesia evangelice a los latinos; antes bien, que los latinos también respondan al llamado a “evangelizar dentro de la Iglesia”.
Cuando el Padre Madrigal era presidente de la Asociación Católica Nacional de Directores del Ministerio a Hispanos en 2013, le pidieron que formara parte del equipo nacional de base del Encuentro. “El Director Nacional de la NCCB invitó a cuatro de nosotros a imaginar cómo realizar el Quinto Encuentro para Ministerio Hispano”, dijo el Padre Madrigal. “Del equipo de base empezamos a establecer el equipo de liderazgo nacional; entonces el equipo nacional estableció 14 equipos episcopales regionales. Cada equipo episcopal tuvo responsabilidad de establecer equipos diocesanos en sus regiones y los equipos diocesanos establecieron equipos parroquiales.
“Ya tuvimos seis entrenamientos en la Diócesis de Amarillo. Ahora en Cuaresma, con todos los equipos ya preparados, iniciamos el proceso oficial de consulta con cinco sesiones parroquiales. Lo más bello de las sesiones parroquiales es que reflejan nuestra propia historia en la Escritura, el llamado de Dios a evangelizar, incluyen oración, canto y después la comisión que envía a los participantes a evangelizar en verdad, a tocar puertas, a buscar a los marginados que no vienen a la iglesia. Esta vez en verdad hay gran énfasis no sólo en hablar de la evangelización sino a responder al llamado al discipulado misionero, a hacerlo practicando el discipulado”.
La mayoría de las parroquias en la Diócesis de Amarillo están participando en el Quinto Encuentro, dijo el Padre Madrigal. “A nivel diocesano, me entusiasma en especial la participación de las parroquias. Los sacerdotes apoyan nuestros esfuerzos. Hace poco, en junta con el Obispo Patrick J. Zurek le dimos un reporte. Nos escuchó y desea saber cuándo las parroquias tendrán su Encuentro Parroquial. Eso será después de cinco sesiones, cuando tendremos una reunión de todos los grupos pequeños para reflexionar con los párrocos sobre nuestras observaciones y nuestras experiencias. El Obispo Zurek dijo que él desea asistir a algunas reuniones y apoyar a las parroquias y la maravillosa labor que realizan.
“El entrenamiento más reciente fue el 4 de marzo en San José y se enfocó en la guía que se había preparado para las cinco sesiones parroquiales. Seguimos la guía con los participantes con gran enfoque en facilitar a grupos pequeños”.
“La segunda parte de la guía es el diario. Discutimos cómo usar el diario, especialmente durante las visitas a los hogares para que los participantes puedan hacer notas de sus experiencias y lo que aprendieron de la gente que visitaron. Las notas de los diarios personales se depositarán en un programa del Quinto Encuentro en donde se recopilarán todos los datos que se entreguen a las parroquias, la diócesis y la región. Podremos ver las respuestas y hacer planes para realizar el ministerio latino hispano en las parroquias, las diócesis y la región en general.
“No se hará de modo exclusivo. Usaremos las experiencias de los latinos para involucrar a toda la iglesia en el llamado al discipulado misionero”.